El primer día de clases

Blog Personal de Julio C. Pastor
, in 07 October 2020

Nota del autor

Este post fue escrito posiblemente después de mi primer día de clases en la universidad, (FCC- BUAP) no tengo la fecha exacta pero supongamos que fue en Agosto y en 2009.

Este post sale a la luz para hacerlo público y a modo de desestres, comparto lo que en su momento fue una experiencia agradable, siempre los primeros días de clases son agradables, ¿no?

El título del archivo se llama Acécdota PID2 : mi primer día de clases y ya no recuerdo que materia sea PID2 pero si existio esa materia y no es un error posiblemente fue de tronco común o no se, en cualquier caso, les dejo el escrito, espero lo disfruten así como yo disfrute estar en la universidad.

El primer día de clases

Eran las 14:30 y yo entraba por el acceso A con dirección a la fuente de la Facultad de Ciencias de la Computación. No estaba nervioso, quizás un poco ansioso, mis referencias sobre la carrera de Ingeniería en Ciencias de la Computación era que tenían muchas matemáticas (!) ( ¡Vaya sorpresa que me dí cuando la comparé con alguna carrera de Físico-Matemáticas!) y para ser franco, eso no me daba miedo, al contrario, me emocionaba y al mismo tiempo hacía que mi ansiedad creciera exponencialmente (¡No literalmente, claro!).

No conocía los nombre de los salones, como referencia sólo tenía una hoja tamaño carta arrugada (por el viaje de mi casa hacia C.U.) que tenía impreso el peor formato de horario que había visto antes (después los vería cada inicio de semestre). Ya daban las 14:45 y yo todavía no sabía cual era mi salón, camine hacia un pequeño salón que estaba al lado de unas escaleras llamado “Cubo Treinta” y ya estando allí pregunté: —Hola, disculpe, ehhh alguien me podría decir ¿Qué salón me toca? — pregunte nervioso. —ahh… — y nadie respondió. —¡Si yo te llevo, muestrame tu horario — me respondió un tipo flaco.

Le mostré mi horario y me guió hacia el salón que me tocaba, su nombre es Ángel, un compañero algo grande de edad que parecía que no tenía clase y sólo se dedicaba a ayudar a los alumnos distraídos de nuevo ingreso, pues siempre cuando pasaba por el “cubo treinta” allí lo encontraba, poco después hubo cambio de administración (cambio de dirección, encargados de posgrados, consejeros, etc…) en la facultad y a ese joven(bueno, no tan joven), le dieron un lindo puesto en la dirección.

Ya en el salón, busque un lugar para sentarme. El primer día de clases en la Universidad fue prácticamente lo mismo que cuando entre a la Primaria, Secundaria y Bachillerato, sin tomar en cuenta la edad,claro. Todos callados, uno aventurandose a platicar con su compañero(a) de a lado o enfrente, otros simplemente distrayéndose con sus cartas de «Yu-gui-oh!» y yo, observaba. Al final me aburrí y decidí salir al pasillo a esperar mientras llegaba el profesor, allí empecé a platicar con algunos compañeros que se encontraban en el pasillo esperando a que dieran las 15:00, hora en la que supuestamente tendríamos clases.

Las 15:05 y a lo lejos se veía un señor que parecía estar extraviado, se acercaba a un salón, veía un papel y lo comparaba con el suyo, al parecer también los profesores se pierden en el primer día de clase, el profesor llegó a la puerta y esperó a que todos entraran al salón, ya al entrar todos fuimos hacia nuestros asientos apartados por; mochilas, morral, libreta, etc… Se presentó y acto seguido nos dió la bienvenida que parecía una amenaza, más o menos así :

“Lo que ustedes veian en un mes en la preparatoria, aquí lo vemos en una semana, así que, no falten.”